Gulf Pine Catholic

4 Gulf Pine Catholic • April 12, 2024 POR EL OBISPO LOUIS F. KIHNEMAN III Obispo de Biloxi Cada año en la Misa Crismal celebrada en Natividad B.V.M. Catedral el martes de Semana Santa, hay dos partes que son exclusivas de la Misa: los aceites que utilizamos en los Sacramentos del Bautismo, la Confirmación, el Orden Sagrado y la Unción de los Enfermos, por mí y nuestros sacerdotes durante todo el año son consagrados (Óleo del Crisma) o bendecidos (Óleo de los Enfermos yÓleo de losCatecúmenos), y los sacerdotes renuevan públicamente las promesas sacerdotales que hicieron cuando fuer- on ungidos y ordenados al sacerdocio. Esta hermosa celebración es parte de la sema- na más santa y se describe en el Orden de Bendición del Óleo de los Catecúmenos y de los Enfermos y de Consagración del Crisma como: “… entre las principales manifestaciones de la plenitud del Sacerdocio del Obispo y se con- sidera signo del estrecho vínculo de los Sacerdotes con él”. “…el sagrado Crisma muestra que a través del Bautismo los cristianos han sido incorpo- rados al Misterio Pascual de Cristo. Habiendo muerto, sepultados y resucitado con él, somos partícipes de su sacerdocio real y profético. A través de la Confirmación recibimos la unción espiritual del Espíritu Santo. El Óleo de los Catecúmenos… fortalece al candidato con el poder de renunciar al diablo y al pecado antes de acudir a la fuente de la vida para renacer. [El Óleo de los Enfermos] ofrece a los enfermos un remedio para las dolencias del cuerpo y del alma, para que puedan soportar con valentía y luchar contra los males y obtener el perdón de los pecados.” Durante la Liturgia de la Palabra en la Misa Crismal, escuchamos el Evangelio de San Lucas, como lo hacía la gente de Nazaret, la ciudad natal de Jesús. Ambos quedaron asombrados por sus palabras y también cues- tionaron su autoridad al proclamarse Mesías. Este es el primer momento en el evangelio de Lucas en el que Jesús proclama que él es el Mesías, y habla las palabras del profeta Isaías a todos nosotros, especialmente a aquellos que han sido bautizados en Cristo Jesús. Él nos dice a cada uno de nosotros que el Espíritu de Dios está sobre nosotros cuando somos ungidos: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la buena nueva a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a dejar en lib- ertad a los oprimidos y a proclamar un año agradable al Señor.” Enrollando el rollo, se lo devolvió al asistente y se sentó, y los ojos de todos en la sinagoga lo miraron fijamente. Él les dijo: “Hoy se cumple Obispo Kihne man este pasaje de la Escritura que habéis oído” (Lucas 4:18-21). Y hemos sido ungidos, muchos de nosotros varias veces, en los sacramentosdelBautismo, laConfirmación, la Unción de los Enfermos y en el Orden Sagrado. Los santos óleos son signos de la gracia y el poder de Dios que viene a nosotros y nos toca. El profeta Isaías se refiere a nuestra unción con el “óleo de alegría”. (61:3b) Cada uno de nosotros, a través de nuestro Bautismo, somos ungidos en Él como “reyes [y reinas], sacer- dotes y profetas,” herederos del cielo y seguidores de Jesucristo, y estamos llamados a compartir el amor de Cristo con aquellos con quienes nos encontramos. Todos estamos llamados a llevar buenas nuevas de la salvación ofrecida a través de Jesucristo a aquellos que no lo conocen, y estamos llamados a compartir el gozo que hemos encontrado. Esto no está destinado sólo al clero ordenado, sino que es parte de lo que todos somos como discípulos de Cristo. Cuando traemos a otros a Cristo, especialmente cuando los lleva al bautismo, serán ungidos con el Óleo de los Catecúmenos, para traerles curación, paz, perdón y prepararlos para el Agua Pascual, que los tocará y los sanará de todos sus pecados. ¡Guau! Es realmente el regalo del óleo de alegría que él nos da. ¡El Señor nos llama a ser personas gozo- sas en el amor de Jesucristo! Nuestra unción es un llamado a la alegría mis- ionera a la que el Señor nos llama, fortalecidos por los Sacramentos. El Señor Jesús nos llama al ministerio, nos llama a servir y a estar abiertos a la gracia de la que quiere colmarnos. Cada uno de nosotros recibe esa gracia, todos nosotros. Es el tipo de unción que toca lo más profundo de nosotros: es la unción indeleble de nuestros cora- zones, de nuestros espíritus, es la unción del amor de Jesucristo en nuestras vidas. Entra tan profun- damente en nosotros que está en nuestros huesos. Él nos llama a recibir Su gozo, el tipo de gozo que nunca nos puede quitar -- nunca -- sin impor- tar lo que esté sucediendo. Parte del gozo que Cristo nos da es que nos conecta a todos. Es entre nosotros como comunidad de creyentes que real- mente encontramos a dónde pertenecemos. Cuando nos reunimos para adorar, hace la dife- rencia. Experimentamos al comienzo de la pan- demia de Covid lo que era estar separados unos de otros, de nuestras familias parroquiales, de nuestros sacerdotes, de celebrar Misa juntos como comunidad. Nos ayudó a darnos cuenta de quié- nes somos, juntos, como Iglesia: Dios amándon- os, haciéndonos ser, juntos, y compartiendo la bendición de ser uno en su amor, compartiendo la bendición del consuelo con nosotros juntos como Iglesia, y especialmente escuchando el llamado de esa alegría misionera que nos llama a evange- lizar, no simplemente a sentarnos con lo que Dios nos ha dado, sino a compartirlo con el mundo, a compartirlo con nuestras familias, a vivirlo con nuestra comunidad. ¡Mis hermanos y hermanas en Cristo, guardad el gozo que el Señor os ha dado! Guárdalo en oración, guárdalo en fidelidad, guárdalo en obediencia al Señor. No estoy diciendo sólo que escuchen a su obispo ahora; Estoy diciendo escuchen al Señor. Y les pido que por favor oren por nuestros sacer- dotes, apóyenlos y ayúdenlos a poder escuchar a Dios en sus vidas, para que puedan compartir lo que escuchan con ustedes, y ustedes puedan compartir lo que escuchan con ellos. . ¡Compartimos el amor de Cristo, para que todos juntos podamos celebrar verdad- eramente a Jesús vivo entre nosotros y el espíritu de alegría que nos ha sido dado! Que el Señor nos guarde a todos en su caridad y nos conduzca a todos, pastores y rebaño, a la vida eterna. Amén.” (La Misa Crismal, oraciones de la Renovación de las Promesas Sacerdotales, Misal Romano) La Misa Crismal y el Óleo de la Alegría We want to print your news! Please send your parish, student and school news items to: tdickson@biloxidiocese.org ; or mail to: Gulf Pine Catholic, 1790 Popps Ferry Road, Biloxi, MS 39532. Now you can submit your info digitally by going to gulfpinecatho- lic.com and fillling out the form. Advertising deadline is 10 a.m., news deadline is 4 p.m. Thursdays, 8 days before publication date.

RkJQdWJsaXNoZXIy MzEwNTM=